El 18 de diciembre, el Día de la Revolución Democrática Cultural en Bolivia, ha sido marcado por el sabotaje del gobierno a la celebración. Según denuncias de transportistas, en la madrugada del 18 de diciembre apareció un derrumbe en las carreteras, que se sospecha fue provocado por instrucciones del gobierno. Además, funcionarios del gobierno han instruido a servidores públicos a no participar en la concentración. Algunas jóvenes que trabajan en zonas públicas incluso han sido despedidas por participar en el evento.
En un documento de tres hojas emitido por el gobierno nacional, se hacen falsas acusaciones infundadas sobre un supuesto pacto de impunidad con la derecha a cambio de gobernabilidad. Sin embargo, el gobierno reconoce que no ha habido ningún pacto. Si no hay pacto, entonces ¿por qué el golpista no está en la cárcel después de tres años del golpe de estado? La justicia no se ha hecho en dos años de nuestro gobierno. ¿Quién decide esto? El ministro de gobierno y el ministro Lima han impedido el procesamiento.
En febrero del año pasado, el presidente del Parlamento apareció en la oficina sin cita previa y sin aviso, y amenazó con destituir al presidente del Tribunal Supremo Electoral si no aceptaba las condiciones impuestas. Esto demuestra la falta de independencia del poder judicial y la influencia del poder político en el proceso electoral.
Es necesario que el pueblo boliviano sepa la verdad y exija justicia. No podemos permitir que la democracia sea sabotajeada por nuestro propio gobierno.
