viernes, 19 de julio de 2013

Morales dio una lección de dignidad al mundo

El autor de Las venas abiertas de América Latina, Eduardo Galeano, visitó el país, de forma puntual Sucre, la capital del Estado Plurinacional. No llegó a Llallagua, Potosí, donde aún guarda recuerdos, como cuando conoció a Domitila Barrios de Chungara (1937-2012), la líder minera que enfrentó la dictadura militar.

Su pluma no fue eludida por la capital del Estado. Además de ser declarado Huésped Ilustre, ayer recibió la medalla Juana Azurduy de Padilla, de la Universidad Andina Simón Bolívar.

Habló poco y eludió las entrevistas, pero no una, la de radio Encuentro, en la que habló de Bolivia, del presidente Evo Morales, con quien se reunió el 17 de julio. Acá la entrevista que concedió a la emisora de Sucre.

¿Cómo ve la situación actual de Latinoamérica, seguimos con las venas abiertas?

Cambiaron muchas cosas, lo importante es que somos parte de un proceso global que no empezó ahora, tiene una larguísima historia, la eterna pelea entre los indignos y los indignados, yo creo que ésa es la contradicción principal del mundo, y no solo de ahora, tiene siglos y milenios, siempre ese combate entre la dignidad y lo indigno, y hay que tomar partido, yo estoy con los indignados.

¿Qué opinión tiene de los países que viven con una tendencia socialista en América del Sur?

Estoy muy a favor de estos gobiernos progresistas que surgieron y que corresponden a una voluntad popular y un deseo colectivo de cambio. La única contradicción que les veo es que advierto tendencias peligrosas en el divorcio entre los derechos de la naturaleza y de los humanos, creo que son dos nombres de la misma dignidad que nacieron para encontrarse, para estar juntos.

¿Cómo lee la situación actual de Bolivia con un Presidente indígena?

De la mejor manera, lo miro con los mejores ojos, creo que es lo mejor que le pudiera haber ocurrido a Bolivia. En Bolivia, los indios eran la mano de obra, no tenían derecho a casi nada, incluso desde la primera Constitución escrita por Simón Bolívar, y lo mismo las otras constituciones de las américas, de norte a sur. Un dato interesante es que la primera Constitución de Estados Unidos estableció que un negro equivalía a las 3/5 partes de una persona, menos mal que después lo corrigieron, sino (Barack) Obama no hubiera sido presidente.

¿Qué cambió con el incidente del presidente Evo Morales en Europa, será un precedente para esos países y Estados Unidos?

Se hace por un deber de dignidad, Evo confirmó que él es un símbolo de dignidad colectiva no sólo para Bolivia o América Latina, sino el mundo. Él le dio una lección de dignidad, eso me parece importante.

Usted fue crítico de los medios de comunicación. ¿Cree que exista una tendencia a mentir en algunos de éstos?

Lo que quieren es convertirse en medios de comunicación, la mayoría lo son, actúan con miedo, creen que tu prójimo no puede ser tu amigo, sino una amenaza, y ése es el mensaje que se emite en el canal global, un sistema fundado en el miedo, que es el combustible del aparato militar. ¡Miren! la mitad del presupuesto de Estados Unidos está destinado a gastos de guerra y fines militares, o sea que éste es un mundo militarizado, donde estamos gobernados por el miedo y la desconfianza.

A propósito, ¿cómo observa al Gobierno de Estados Unidos?

Son los promotores de este sistema fundado en el miedo, fíjense, cuando le dan el premio Nobel de la paz al presidente Obama, en su discurso de agradecimiento canta un himno de homenaje a la guerra, en lo que llaman la guerra justa y necesaria contra el mal. El mismo texto que yo encontré, cuando en el siglo XVII inspiraban a los conquistadores con esta canción que hablaba de las guerras justas. Para mí, hay poquitos que gobiernan a muchos, eso gracias a las fuerzas de las armas, y el arma principal es el miedo.

En mis investigaciones descubrí que Nelson Mandela, el africano más importante del siglo XX, estuvo en la lista de terroristas peligrosos para la seguridad nacional de Estados Unidos hasta 1998, entonces yo digo, esta locura armamentista de la lucha contra el terrorismo no es seria, si los terroristas son como Mandela, que sean bienvenidos. Pobre Mandela y ahora también Evo porque fue tratado como si fuera terrorista.

Entonces, ¿cómo vencer al miedo que nos transmiten a diario?

Un mundo que vive para la guerra necesita justificar la guerra, sino hay motivo se inventan, no es una tarea fácil vencer el miedo porque te lo meten todo el tiempo y por todos los agujeritos del cuerpo. Hay que avisar que el peligro existe, el peligro de que el miedo se apodere de uno y termine por decidir en lugar de uno. Vivimos en un mundo de unos pocos que tienen asustados a la mayoría, pero quiero justamente hablar de alguien que fue muy amiga mía, Domitila Barrios (de Chungara), a quien conocí en el pueblo de Llallagua hace bastante tiempo, en una asamblea de mineros estaba ella, lo que era rarísimo porque hay un mito universal que asegura que las mujeres dan mala suerte para encontrar mineral, pero en esa asamblea estaba ella, se alzó en medio de los hombres, pidió la palabra y dijo: “Yo quiero decir alguito nomás, estito nomás, quiero preguntarles, ¿cuál es nuestro principal enemigo?”. Y ahí vinieron todas las voces masculinas diciendo la oligarquía, el imperialismo, la burguesía, y ella dijo “no, están equivocados, nuestro principal enemigo es el miedo y lo tenemos dentro”. Y me acordé de esta historia ahora que estamos hablando del miedo.

Hablemos un poco de usted. ¿En qué momento se da cuenta de que lo suyo es escribir?

Cuando fui fracasando en todo lo que quería ser, no me quedaba de otra, primero con el fútbol, después tuve una tendencia muy mística, pensé que era por ahí, después quise ser dibujante y pintor, bueno todavía dibujo o pinto, pero siempre sentí muy en el fondo que se habría un abismo en mi mundo, entre lo que quería hacer y lo que podía hacer, y entonces comencé a escribir, yo hago muchos borradores antes de tener una versión final, por cierto no sé conducir un coche, aprendí a trabajar en computadora sólo en la versión final y peleándome con las máquinas.

¿Su libro, Las venas abiertas de Latinoamérica, todavía es un fenómeno de ventas?

Sí, lo amo y lo odio. Bueno lo amo porque no me arrepiento ni de una sola coma, porque al fin y al cabo fue un libro escrito con la intención de divulgar hechos que no se conocían, y cumplió su objetivo, llegó a mucha gente, y lo odio porque me condenó a ser autor de un libro único, como si me hubiera jubilado a los 20 años, cuando lo escribí.

Pero, ¿cómo se volvió un éxito de ventas?

Es un poco ridículo lo que pasó, pero fue en el primer período de la dictadura militar uruguaya. Durante seis meses, el libro entró en las comisarías y cárceles, ellos crearon mecanismos de censura mínimos y creyeron que era un libro de anatomía por el título, y los libros de medicina no estaban prohibidos, después ese libro se divulgó mucho gracias a las otras dictaduras que lo prohibieron, porque no hay mejor publicidad que la prohibición, las ventas se multiplican y las ideas de ese libro también se multiplican.


“Estoy muy a favor de estos gobiernos progresistas, que corresponden a una voluntad popular y un deseo de cambio.

Eduardo Galeano

Escritor uruguayo

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