domingo, 4 de agosto de 2013

Gustavo Aliaga, experto en relaciones exteriores “Evo puede volverse una anécdota”

Página Siete.- ¿Cómo está la política exterior del país?

Obviamente ha habido un cambio en el manejo de la política exterior durante estos siete años. Es mucho tiempo. El canciller Choquehuanca es el de más larga data en toda la historia de la política exterior boliviana. Esto le ha dado la posibilidad de hacer una modificación al interior del servicio exterior, por ejemplo en el personal, una ruptura con el pasado, y hoy tenemos otro tipo de Cancillería y otra actitud que es, básicamente, la diplomacia de los pueblos. Bolivia se ha convertido en el mayor exponente de una política exterior antiimperialista y antinorteamericana entre los cinco gobiernos del ALBA: Evo Morales representa eso. El eje de la política exterior, por tanto, es una acción contestataria al orden internacional vigente, que repite las consignas de la Guerra Fría. Ha optado también por la diplomacia directa; el Presidente juega y comprende lo que es este tipo de diplomacia –basada en su figura– y esto ha dado resultados. En la parte multilateral ha sido un éxito.

Página Siete.- ¿Y qué de las relaciones bilaterales?

La relación del día a día con nuestros vecinos más próximos y los países más grandes ha sido distorsionada. Hemos decidido confrontar con Perú y Chile y nuestra salida natural al Pacífico está cerrada hasta que Chile y Perú encuentren una resolución en septiembre, en el marco de su disputa en La Haya, para ver qué es lo que va a pasar en su relación; pero, pase lo que pase, va a haber un matrimonio entre Perú y Chile. Hemos decidido poner freno de mano a nuestra relación con Perú y confrontarnos con la Alianza del Pacífico, es decir Chile, Colombia, Perú y México. Estos cuatro países van a diseñar la economía de América Latina en el futuro cercano.

Página Siete.- ¿Bolivia debería girar hacia la Alianza y no hacia el ALBA?

Obvio. No somos complementarios económicamente a nada del ALBA; pero sí a Perú y Chile, nuestra economía descansa ahí. Es más, exportamos más a la Alianza que al ALBA y eso demuestra dónde están los intereses económicos de Bolivia.

Página Siete.- ¿Y nuestra relación con Chile?

La reintegración marítima soberana al océano Pacífico es un objetivo permanente de la política externa. Bolivia empezó muy bien. Desde 2006 hasta el 2011 Bolivia tuvo un desempeño impecable. Evo Morales es el único presidente que logró seducir a Chile, tenía un 46% de aceptación en ese país, como ningún Mandatario anterior; militares, intelectuales, políticos chilenos estaban de acuerdo con encontrar una solución al problema con Bolivia. Pero el 23 de marzo de 2011, le viene la “bolivianada” y patea el tablero con acusaciones y la posterior demanda.

Página Siete.- Entonces, ¿hay o no una desorientación en la relación con Chile?

Al principio la política exterior tuvo una gran claridad. Con Chile fue exitosa, pero el 23 de marzo, cuando el Presidente empieza a insultar a Piñera y Alan García' Es una bipolaridad difícil de entender. No contento con confrontar con Chile decidió hacerlo con Perú también.

Página Siete.- ¿A qué obedece este cambio de ruta? ¿Se debió tener más paciencia con Chile?

Sí, se debió esperar. El 23 de marzo de 2011, Morales entra en esa desconfianza natural –que todos los funcionarios de política exterior hemos sentido– por la forma en que Chile permanentemente alargó los plazos. La negociación del Silala hubiera sido un buen inicio, mientras se esperaba lo del mar. Hoy día no tenemos nada: ni el agua ni límites ni desminado ni el tema comercial ni salida al mar' Todo lo que hemos hecho nos ha puesto al margen de una solución.

Página Siete.- Con Chile no existen relaciones, con Perú son distantes, ¿y con Brasil?

Hemos vivido dos periodos: el de Lula y el de la actual Presidenta. Obviamente, en la relación con Lula primó la relación política –no diplomática– de gran cordialidad. Lula tuvo la capacidad de entender cuando se nacionaliza Petrobras. Con Dilma Rousseff hubo un corte: nadie del Gobierno boliviano fue a su posesión y ese mensaje dice: con Lula todo y con ella' Hasta ahora no hemos revisado las relaciones bilaterales con Brasil; todas las empresas brasileñas han salido de Bolivia, sólo queda Petrobras. Las relaciones están bien, pero bien congeladas' Y, claro, se junta el caso Pinto.

Página Siete.- ¿Por qué maltratamos a Colombia? Primero el Gobierno le dijo a su cancillera que era vocera de la DEA y luego que ese país es una “base militar de EEUU”.

Para muchos en el Gobierno Colombia viene a ser el gendarme de EEUU. Olvidamos que Colombia será pronto el país más desarrollado de América Latina y que está unida a la Alianza del Pacífico, en la que se reúnen los más grandes.

Página Siete.- ¿Cuál es el problema? ¿Se da una sobreideologización de las relaciones?

El liderazgo del Presidente es más importante que los intereses comerciales. Él quiere posicionarse pero, lastimosamente, eso no tiene ningún pago futuro, ningún beneficio. El peligro de Evo Morales es que se vuelva una anécdota en el sentido de que se quede solo con su discurso antiimperialista.

Página Siete.- ¿Qué pasará con Europa después del incidente del avión?

Si bien este incidente ha sido un abuso totalmente injustificado, se ha cometido un error: se ha saturado el tema. Además, ha surgido la paradoja de los aviones y Brasil nos cobró una factura y avisó que habíamos hecho lo mismo, requisando al avión del ministro Amorim. Con todo, en la lógica de unas relaciones internacionales que tienen como fin promover el liderazgo de Evo Morales, ha sido positiva; la estrategia va a continuar hasta la Asamblea de la NNUU para mostrar a Evo como un luchador contra el imperio.

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