Sindulfo Fernández muestra los cráteres que ha dejado la evaporación del agua.
El comunario los invitó a tomar un api caliente para ayudarles a soportar las bajas temperaturas de Orinoca, que pueden bajar hasta los 4° C. Mientras los periodistas disfrutaban de la mazamorra de maíz, el hombre comenzó a comentarles que a media hora de Orinoca, viajando en vehículo, la tierra quemaba y sobre ella yacían cadáveres de llamas y otros animales que habían muerto de sed.
Sindulfo se refería a Jankukota de Ukumasi, ubicada en el ayllu Collana de Orinoca. Los reporteros gráficos escucharon al comunario y decidieron seguir su indicación. Se montaron en el vehículo que tenían a su disposición y marcharon al lugar, donde evidenciaron el testimonio.
"En el camino ya se veía tierra totalmente árida, desértica, con dunas de arena y con llamas muertas, secas. La tierra era caliente y los lugares donde una vez hubo riachuelos y fosas artificiales de agua para cultivar la quinua habían desaparecido”, señala Manuel Claure, reportero gráfico. Manuel estuvo en el lugar junto con David Mercado, fotógrafo de Reuters.
Los cadáveres de algunos camélidos quedaron en el camino.
Los comunarios, alarmados por el fenómeno que está haciendo desaparecer el agua de su territorio, creen que en la zona se registra alguna actividad volcánica. No encuentran otra explicación al calor que sale del suelo y la sequía que los azota y que afecta las actividades económicas que permiten su subsistencia: la producción de quinua y la cría de camélidos.
Sindulfo Fernández afirma que pidieron ayuda a la Gobernación de Oruro, pero que las autoridades "no les creyeron”. Por eso se organizaron para llegar a las autoridades nacionales. Necesitan maquinaria para construir pozos más profundos donde puedan acumular el agua de lluvia, siempre y cuando la época de lluvias de este año sea más benigna que las de años anteriores.
Pero los comunarios de Orinoca no sólo están preocupados por lo que pasa en Jankukota de Ukumasi, sino por el peligro que acecha al lago Uru Uru, que se convirtió en un basural.
"Si nuestras autoridades no hacen algo y pronto, esta laguna también desaparecerá, como el lago Poopó. Y no sólo eso, los niños y jóvenes aún van a jugar y pasear a la laguna contaminada”, añade Sindulfo.
Todos estos factores adversos han llevado, a más de uno, a pensar en dejar Orinoca, migrar a otro lugar donde puedan encontrar mejores condiciones de vida.
Desde 2010 la lluvia bajó
Ramiro Pillco Zolá, experto en agua y desarrollo sostenible, cuenta con una estación de monitoreo climático en las cercanías de Orinoca, desde donde confirma que "la sequía está arrasando con todo” en la tierra del presidente Evo. Atribuye el fenómeno a varios factores, como "la dinámica y relación atmósfera-superficie, la variación interanual del clima, el fenómeno El Niño y a la baja en las precipitaciones pluviales”. Precisa que "desde 2010 la baja de precipitaciones ha sido muy notoria”.
En el camino se advierte el terreno arenoso.
Recién hace unos años el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) instaló una estación meteorológica en Orinoca, por lo que aún no está en condiciones de dar un informe histórico sobre las precipitaciones pluviales en la zona, informa Marisol Portugal, jefe del Senamhi.
Ramiro Pillco añade que estos factores están provocando grandes desastres, como la desaparición del lago Poopó, tragedia ambiental de la que -asegura- alertó desde 2007, sin ser escuchado.
"El seguimiento a un lago es clave para comprender el clima, el impacto, la producción, el medioambiente etcétera. Es un laboratorio de por sí natural”, dice.
El lago Uru Uru está convertido en basural.
El experto tiene más de 20 años investigando el problema de la sequía en el altiplano boliviano. En ese contexto considera que la atención a la situación de los pobladores de Orinoca no pasa por "el enfoque clásico que está aplicando el Gobierno: intentar aprovechar las aguas superficiales” .
"La falta de lluvia o las precipitaciones bajas no permite la acumulación de aguas superficiales; la solución son las aguas subterráneas, crear acuíferos artificiales; de lo contrario, varias regiones no lograrán adaptarse al cambio climático, y una de esas es Orinoca”, alerta.
En tanto, mientras los pobladores de Jankukota de Ukumasi de Orinoca imploran por atención de las autoridades, a media hora de su poblado éstas construyen el museo más grande de Bolivia sobre 4.000 metros cuadrados. Está dedicado a Evo Morales y representa un gasto de seis millones de dólares.
Orinoca se encuentra a 185 kilómetros de la ciudad de Oruro.
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