domingo, 25 de mayo de 2014

Evo no jugará mucho ni cambiará la historia del fútbol

Este tipo de acciones del presidente Evo Morales tiene cierto agrado en determinados estratos de la población, pero principalmente entre su militancia. Allí hay un segmento al que le agradan estas actuaciones del mandatario, como jugar fútbol, pero también hay otro sector al que le de-sagrada.

Creo que hay un error al concebir que este tipo de medidas marqueteras solo dejan un saldo positivo. Hay todo un sector de la población que prefiere que los mandatarios tengan una dedicación absoluta a otros temas más relevantes para el destino del país, que jugar al fútbol de manera profesional.

También corre riesgo la figura del presidente. Se enfrentará realmente a una multitud que irá al estadio y que tendrá reacciones de hincha, más que de militante político. Eso le puede traer saldos negativos porque el hincha del equipo al que se enfrente no lo verá como el presidente jugando unos minutos, sino como un adversario. Es decir, no les resultará del todo simpático que juegue.

Sin embargo, no creo que este hecho genere grandes cambios en la opinión pública, en la popularidad ni en el aprecio que se le tiene al presidente.

Es muy difícil que Evo Morales se convierta en un jugador protagónico, de una calidad técnica exquisita, sobresaliente que cambie la historia de los partidos. Es por eso que el hecho de jugar fútbol será un acto más folclórico, poco trascendente y mucho menos importante de lo que hoy indican las noticias. Es decir, Evo Morales no jugará muchos partidos ni cambiará la historia del fútbol

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