viernes, 17 de octubre de 2014

Carlos Mesa: "Evo Morales fue quien tuvo la actitud más abierta y positiva con Chile"

El ex presidente boliviano insiste en que la demanda que su país presentó en La Haya en 2013 no se refiere ni directa ni indirectamente al Tratado de 1904. Además, en esta entrevista con La Tercera apunta: “El Presidente Morales esperó pacientemente cinco años a que se instalara la mesa de negociación que Chile nunca viabilizó”.

No hace tanto, Evo Morales y Carlos Mesa eran enemigos políticos. Cuando Mesa debió asumir la Presidencia de Bolivia en 2003 siendo vicepresidente, el país vivía una fuerte agitación política: la “guerra del gas” había generado una violenta revuelta contra Gonzalo Sánchez de Lozada, mientras que Morales, entonces líder cocalero, dirigía las protestas sociales contra el establishment. Durante su gestión, Mesa convocó a una asamblea constituyente y se llevó a cabo un referendo sobre los hidrocarburos. En 2005, nuevas protestas lo obligaron a renunciar.

Mesa, de 61 años, es recordado por la mayoría en Chile porque protagonizó un fuerte impasse con el entonces Presidente Ricardo Lagos, quien le propuso “relaciones aquí y ahora”. A su vez, en Bolivia, Mesa es respetado como ex jefe de Estado y también como uno de los mayores expertos en la disputa marítima con Chile. En ese marco, el ex mandatario recompuso relaciones con Morales -aunque mantienen diferencias políticas- y a fines de abril el gobierno lo designó como vocero de la demanda que Bolivia presentó contra Chile en 2013.

En esta entrevista, Carlos Mesa desmenuza los últimos impasses entre ambos países, luego de que Chile impugnara la competencia de la Corte Internacional de La Haya.

Usted ha dicho que Chile ha intentado tergiversar la demanda marítima boliviana. ¿A qué se refiere exactamente?
El gobierno de Chile afirma que Bolivia busca en su demanda poner en cuestión el Tratado de 1904. Eso no es cierto. La demanda boliviana no se refiere ni directa ni indirectamente al Tratado de 1904. El tratado no es motivo de la demanda. La base jurídica de Bolivia es la propia política exterior de Chile. Los muchos compromisos que hicieron diferentes gobiernos de Chile después del Tratado de 1904, en los que Chile se comprometió con Bolivia de manera oficial a negociar con Bolivia otorgarle un acceso soberano al mar. Más aún, aceptó las bases propuestas por Bolivia, reconociendo explícitamente que el objetivo final de esas negociaciones basadas en la propuesta boliviana tenían un solo objetivo, darle a Bolivia un acceso soberano al mar.

En un discurso en la ONU, la Presidenta Michelle Bachelet dijo que “Chile tiene la convicción de la necesidad del respeto a la estabilidad de las fronteras”. Usted planteó que Chile estaba tratando de “asustar a todo el mundo”. ¿Por qué?
No recuerdo haber dicho que Chile “está tratando de asustar a todo el mundo”. No suelo usar esos términos, pero entiendo el sentido de su pregunta. Mi respuesta es muy clara, coincido con la Presidenta Bachelet en la necesidad de respetar la estabilidad de las fronteras. Los límites de una nación sólo pueden modificarse por decisión de esa nación. En este caso, Bolivia pide a la CIJ que obligue a Chile a cumplir sus reiterados compromisos unilaterales de modificar sus límites al haberle ofrecido a Bolivia un acceso al mar que, por supuesto, implica una superficie geográfica para Bolivia que haga efectiva esa soberanía. En la demanda está incorporado el diálogo.

Ante la Asamblea General de la ONU, el Presidente Evo Morales pidió que los países “acompañen no sólo a Bolivia, también a nuestro vecino Chile, en este desafío por la paz, la justicia y el derecho”. ¿A qué se refirió el mandatario boliviano?
El Presidente Morales no ha hecho otra cosa que ratificar la política de Estado de Bolivia. Voluntad pacifista y de diálogo. No olvide usted que el Presidente Morales fue el mandatario boliviano que tuvo una actitud más abierta y positiva con Chile en varias décadas. En 2006 suscribió con su colega Bachelet la conocida Agenda de los 13 Puntos. El punto 6 era el tema marítimo que debía discutirse sobre la filosofía del Acuerdo de Algarve (2000), que planteó una agenda sin exclusiones. El Presidente Morales esperó pacientemente cinco años a que se instalara la mesa de negociación sobre el punto 6, que Chile nunca viabilizó. Como verá, no es que el presidente de Bolivia no haya hecho los máximos esfuerzos por resolver el tema de manera bilateral, y con la mejor actitud para un acuerdo.

Usted ha llevado a cabo una gira internacional por el tema del mar. ¿Cómo ha sido recibida la demanda de Bolivia en las instancias internacionales o interlocutores con los que usted se ha reunido?
Exactamente como esperaba, con atención, respeto e interés. Mis interlocutores entendieron los argumentos jurídicos de nuestra demanda y, lo más importante, que Bolivia no ha puesto en cuestión en su demanda el Tratado de 1904. Que Bolivia no pretende forzar arbitrariamente a Chile a modificar sus fronteras y que Bolivia lo que quiere es un diálogo franco, abierto.

Chile considera que todos los asuntos fronterizos con Bolivia quedaron resueltos en el Tratado de 1904. Usted ha dicho que tras ese acuerdo varios presidentes chilenos ofrecieron a Bolivia negociar la soberanía, ¿podría detallar aquello?
Concretamente, en los gobiernos de Juan Luis Sanfuentes (1920), Arturo Alessandri Palma (1923), Emilio Figueroa Larraín (1926), Gabriel González Videla (1950), Jorge Alessandri (1961) y Augusto Pinochet (1975 y 1983). En el gobierno de Pinochet, el 12 de diciembre de 1975, el ministro de RR.EE., Patricio Carvajal, envió al ministro de RR.EE. de Bolivia, Alberto Guzmán, una contrapropuesta oficial que decía que Chile “consideraría la cesión a Bolivia de una costa marítima soberana, unida al territorio boliviano por una franja territorial igualmente soberana”.

¿En 1983, con Pinochet?
El canciller Schweitzer participó en la redacción y por supuesto apoyó la resolución de la OEA en favor de Bolivia en la Asamblea General, sobre la base del texto de 1979. En un abrazo muy sonado con su par boliviano José Ortiz, expresó la voluntad de resolver nuestra mediterraneidad.

Recientemente, los ex presidentes de Chile Ricardo Lagos, Eduardo Frei y Sebastián Piñera grabaron un video para contrarrestar su trabajo como vocero de la demanda boliviana. ¿Qué opinión le merece esto?
Chile, como no puede ser de otra manera, puede desarrollar y desarrolla una estrategia política de lobby internacional para justificar su posición que, por supuesto, Bolivia no comparte.

Durante su gobierno usted mantuvo tensas reuniones con Ricardo Lagos. ¿Por qué el ex presidente chileno se molestó tanto? ¿Lagos aceptó conversar en una lógica distinta, más allá de la fórmula de enclave sin soberanía que había propuesto a los anteriores presidentes de Bolivia?
Aclaro. No mantuve tensas reuniones con el Presidente Lagos, mantuve varias reuniones respetuosas con él, a pesar de nuestras discrepancias en el tema marítimo. El único momento de tensión se produjo en la Cumbre de las Américas en Monterrey, en enero de 2004. El Presidente Lagos, en la lógica de los gobiernos que desde 1983 decidieron olvidar su política de Estado anterior con Bolivia, insistió en que Chile “no tiene ningún problema pendiente con Bolivia”. Rompió todo diálogo sobre el tema del mar conmigo cuando invoqué en Monterrey nuestra demanda de un acceso soberano al mar.

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