miércoles, 8 de octubre de 2014

Evo cierra en Santa Cruz con una superproducción

Mario Cronenbold corre sobre los tres escenarios montados en el cambódromo, a espaldas del sexto anillo. Son las 17:00 y el alcalde marquetero de Warnes, de sombrero de vaquero y de polera blanca sin mangas, llama por ‘handy’ y prepara uno de esos espectáculos que solía dar como empresario: aquí van a llegar masas de votantes, habrá un concierto internacional con Bronco, de México, y Ráfaga, de Argentina, más otros artistas nacionales.

Auspician los socialistas de Bolivia: es el apoteósico cierre de campaña del presidente y candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales en Santa Cruz. Nadie recordó a Piero, el cantante argentino de protesta que cerraba estas campañas.

“Creo, (el MAS de) Santa Cruz (le) ganó a La Paz (con su cierre de campaña)”, evaluó Morales después de las 20:41, al enfrentarse al público de cientos de miles de afines desde su tarima. El MAS calculó medio millón de asistentes anoche. Otros cálculos hablan de 200 mil a 300 mil personas reunidas en la tierra del gobernador Rubén Costas.
Muchos venían de los barrios, otros varios llegaron en omnibus desde otros departamentos. Es el caso de dos unidades con el rótulo de la línea tarijeña Padcaya, que llegaron cargadas de militantes al cambódrono a las 16:00. Y no fue el único caso.

La banda sonora de este cierre es La cumbia de Evo, de Aldo Peña, el ausente de la noche, y el animador es Reyes Seleme, que calienta al público mientras llueven pelotas de fútbol y onzas de coca como regalos.
Una bandera blanca con una hoz y un martillo ondea en medio de un mar azul, blanco y negro que reposa sobre la megaobra que construyó el alcalde Percy Fernández, amigo del presidente. Al fondo se dibuja una superproducción para Morales: tres escenarios para concierto; en el de la izquierda, dirigentes del partido, concejales y hasta los ministros Claudia Peña y Tito Montaño.

En el centro, los sillones del presidente, de Álvaro García Linera, que busca ser ‘vice’ de nuevo, de Carlos Romero, de otros candidatos y de los nuevos del MAS: Carlos Subirana (C-47) y Romy Paz (C-45). Allí mismo, dos hermosas mujeres vestidas de azul, la élite de los reinados de belleza de Bolivia, hacen de azafatas del ‘proceso de cambio’. A la derecha, el lugar para el folclore de Enrique Jurado y de Gisela Santa Cruz, teloneros de Ráfaga y de Bronco.

Al frente, un cordón de metal, vigilado por unos cuantos hombres de seguridad, rodea las tres tarimas y un conjunto de decenas de sillas de plástico adonde la multitud, en teoría, por seguridad, explicaron algunos encargados, no debería haber llegado.

Algo así como el área exclusiva de los conciertos de ley. Allí Yohana Vaca y otras reinas de belleza que se acercaron al MAS se campeaban como en las pasarelas.

Ya en plena proclamación, mientras Subirana le aseguraba al público que “el compañero presidente Evo va a ganar con dos tercios en Santa Cruz”, la multitud desbordó los cordones de seguridad a empujones, hubo desmayos y hasta siete niños extraviados. La mayoría se adueñó del sector más cercano a la tarima. Había que ver a Bronco, a Ráfaga y, claro, al candidato.

A excepción de los discursos de Romero y del dirigente obrero Rolando Borda, otra cosa que no fue igual a los cierres del MAS de antes fue el discurso ideológico, que esta vez casi ni se oyó. En su lugar, Morales bailó con Rodrigo Tapari la cumbia de Ráfaga, a las 19:45. Hasta ensayó cantar una estrofa. La candidata Gabriela Montaño reveló su talento de bailarina y el exministro de Gobierno hizo su intento. Morales repitió sus promesas sobre el hierro del Mutún, la represa de Rositas, el ferrocarril de Montero... Pese a un apagón, Guadalupe Esparza y Bronco convirtieron en fiesta el cierre del MAS. No se sabe cuánto costó el concierto

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