miércoles, 8 de octubre de 2014

El Washington Post destaca a Evo Morales por su creciente liderazgo

Hubo un momento en que Evo Morales los enajenó a sus oponentes cuando Bolivia casi se partió en dos; pero, esos eran los días de la vieja Bolivia. El domingo, cuando los bolivianos voten por el presidente, se espera que Morales inicie un tercer mandato encima de una amplia coalición de viejos partidarios y enemigos políticos. Las encuestas lo muestran derrotando a un campo disperso de oponentes por un margen de 40 puntos o más.
Después de casi una década en el poder, Morales ha enterrado el viejo orden político en Bolivia, uno de los países más pobres de América del Sur, y consolidó el control sobre casi todos los aspectos del gobierno. Gran parte de la economía del país está en manos del Estado. El partido político de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), domina la legislatura de Bolivia. El año pasado, los jueces de la Corte Suprema aprobaron su postulación a la presidencia otra vez, a pesar de los límites del mandato, ya que su primer Gobierno fue interrumpido cuando tuvo la reescrita Constitución, según el diario.
GOBIERNO MÁS FUERTE
“Nunca tuvimos un gobierno tan poderoso como éste”, dijo Jorge Lazarte, analista político en La Paz. “Pero tiene tendencias despóticas”, agregó.
EXTRACCIÓN HUMILDE
Morales, de 54 años, es el primer presidente indígena elegido por voto mayoritario. De extracción de la sufrida mayoría indígena de Bolivia, es un cultivador de coca que saltó de las marchas contra los esfuerzos de erradicación de la droga respaldados por Estados Unidos a la prominencia política. A menudo, arremetió contra el capitalismo y la clase de negocios de Bolivia que, en un principio, lo consideraba como una versión boliviana de Hugo Chávez en un suéter peludo.
Morales fue uno de los presidentes más despreciados por las clases ricas de las regiones de tierras bajas de Bolivia. Sus oponentes impulsaron un movimiento separatista el 2008, intento que al final fracasó. Hoy en día, sus críticos reconocen que es un talentoso político y un operador experto.
Cuando el presidente Morales transfirió el control de los impuestos del gas y el petróleo al Gobierno para desarrollar Bolivia, los críticos advirtieron que la medida ahuyentaría al capital extranjero. Pero, la riqueza de los hidrocarburos atrajo a más nuevos inversores a ese país e inició el bombeo de miles de millones de las regalías del gas para las arcas gubernamentales. El dinero para la gasolina ha sido la fuente de poder de Morales, lo que le permite ampliar enormemente el alcance y el papel del Estado.
Morales invirtió en proyectos de obras públicas y programas sociales para combatir la pobreza y el racismo en algunos de los rincones más olvidados de Bolivia. También practicó la disciplina fiscal, obtuvo un superávit fiscal cada año tranquilamente. Sin perjudicar los intereses del sector privado, el año pasado logró un crecimiento económico del 7%, menciona el diario estadounidense.

El Alto, ciudad con el proceso de cambio
En El Alto, el asentamiento Aymara experimentó un auge en el Gobierno de Evo Morales para convertirse en una de las ciudades de más rápido crecimiento de América del Sur, hubo descontento, incluyendo violentas protestas en 2011 que obligaron al gobierno a abandonar el recorte de los subsidios al combustible.
Pero el apoyo a Morales entre los bolivianos ordinarios sigue siendo fuerte, y grupos indígenas de Bolivia se comprometió en gran medida a la líder que siguen considerando como uno de los suyos. En algunas comunidades de la sierra tradicionales, campesinos votan colectivamente y en público y a menudo la entrega de 100 por ciento para los márgenes de Morales.

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