viernes, 21 de noviembre de 2014

Maratónico baño de masas del presidente Evo Morales en Salta



Campo Santo se vistió de lujo. Ubicada en esa olla salteña en la que se alcanzan los 45 grados o más, el presidente Evo Morales conoció su primera escuela a los cinco años cuando acompañaba a su papá a la zafra azucarera a principios de los 60, cuando los ingenios de Ledesma, Tabacal y el resto ofrecían prosperidad temporal a muchas familias del altiplano boliviano, a cambio de trabajo duro.


Doña Elba y su millón de Evos
Antes de la llegada de Evo Morales, doña Elba es el centro de atención. Superados sus problemas con la tensión alta. La diminuta maestra de brazos muy largos y ojos pequeños sonríe y bromea con lo que sigue siendo su pasión. “Antes nadie se había dado cuenta de mi, hasta que se enteraron de que impartí clases a un Presidente. Ahora todos me saludan”, ríe a carcajadas rodeada de los que fueron también los ex compañeros del Presidente. “Era muy tímido, apenas hablaba”. En realidad era aymara cerrado y no entendía ni palabra, como bromeó el presidente horas después. “Evito, Evito, me decía mientras me acariciaba la cabeza. Era todo lo que entendía”, recordaba el presidente en el acto principal en el Complejo Municipal. Doña Elba agradeció los cumplidos y presentes (una bolivianita y dos libros) con la sencillez con la que un soldado cumple con su misión. Evo entre un millón de alumnos.

Camarógrafo al agua
Que a Evo se le aprecia en Argentina, era sabido antes de su desembarco, pero las previsiones de sus guardias de seguridad quedaron desbordadas ante el ímpetu de los periodistas argentinos. Llegados desde Ledesma, Güemes, Jujuy, Salta, Orán y otras localidades remotas, un ejército de camarógrafos, reporteros, radialistas y fotógrafos asedió al Presidente ni bien puso un pie en la escuela de primaria Julio Cornejo.
A duras penas, el Presidente boliviano logró hacerse un hueco entre la multitud hasta que accedió a un salón privado (que inicialmente no estaba previsto) para visionar un video elaborado por los actuales niños de la escuela, inicialmente los protagonistas del deslucido acto entre apretones y costaladas de más de uno de los presentes. El paso por la galería hasta la puerta de entrada al salón fue peor. Ni las autoridades salteñas ni las contadas bolivianas que asistieron al acto querían perderse el momento íntimo y los empujones se acentuaron aún más. El Presidente logró después saludar a sus ex compañeros e intercambiar algunas palabras con los niños. La placa conmemorativa fue descubierta por el ministro de Educación boliviano, Roberto Aguilar, casi de incógnito.

La sonrisa de Urtubey
Juan Manuel Urtubey, peronista, kirchnerista de los jóvenes, siete años de gestión en la Gobernación de Salta y habitual en las apuestas para responsabilidades más altas se anotaba el tanto. Evo es quizá el camino más directo para conectar con los departamentos del norte. En el Complejo Deportivo Municipal de Campo Santo no cabía un alfiler entre estudiantes, fabriles, cañeros y toda suerte de simpatizantes del proceso de cambio boliviano. Morales centró su discurso en sus vivencias personales en Salta, en sus aventuras por los cañaverales, ahorrando sus primeros pesos que luego dejó enterrados, en como aprendió a nadar “porque en Orinoca no tenemos ríos” y en el descubrimiento de la “lechuga” para al final, dejar un mensaje muy claro. “La soberanía en los pueblos de América es un proceso irrevertible”. Cada chascarrillo del presidente, muy habituales en este tipo de actos, fue jaleado por el público mientras en la pantalla gigante se colaba el rostro sonriente del gobernador. Las fotos con Evo hacen ganar. En una de esas, cuando Morales y Urutbey descubrían la placa que se colocará sobre el colegio secundario que sí se llamará “Evo Morales” apareció Miguel Isa, el intendente de Salta en un providencial segundo plano para la foto de familia.

Molder, Scolin y la soledad de Lino
No muchos bolivianos acompañaron a Evo, además de su guardia personal, su equipo de fútbol, el ministro de Educación y cuatro tarijeños. La amistad entre el senador Milcíades Peñaloza y el secretario ejecutivo Roberto Ruíz viene de lejos, de los tiempos en los que Vargas, el MIR y ADN gobernaban la prefectura del departamento, pero parece que con la conversión de ambos al oficialismo se ha incluso fortalecido. Inseparables desde que aterrizaron el miércoles con el vuelo de Amaszonas, arroparon al Presidente aunque este tuviera un lapsus desde la tribuna de oradores y olvidara pronunciar el nombre de Milciades junto a su cargo, lo que no sucedió con Álvaro Ruíz, el alcalde de Uriondo electo por Camino al Cambio y que se ubicó en la zona noble del acto principal. En ese acto se dio, quizá, el único momento de gloria del gobernador Lino Condori, cuando el presidente lo citó, lo identificó como Gobernador de Tarija y recordó su pasado humilde y similar al suyo en lo que respecta a la zafra. Antes, en la escuela, Condori tuvo que incluso gritar para hacerse un hueco entre la seguridad del Presidente que le cerraba el paso. Después, al finalizar el acto de la Universidad, apenas logró abordar un auto oficial en el que quedaba espacio. En el partido de fútbol ya no se le vio.

Goleada y cierre
Tras recibir el Doctor Honoris Causa en la Universidad Nacional de Salta, donde también se llevó buena ración de elogios para la labor educativa por parte del Rector. “Antes la mitad de estudiantes eran bolivianos, ahora apenas son 300” y una severa crítica “haber dicho que es de Boca”, provocando la carcajada general en un auditorio repleto. Evo se fue a jugar al fútbol con Urtubey en otro momento de esos que hacen historia. Bolivia goleó 8-1 y la prensa argentina, futbolera hasta el tuétano, empezó a murmurar. Evo volverá.

Un gran despliegue mediático de Canal 7 en Salta

Cuando Canal 7 “se roba” un reportero de otro medio local, la sensación es agridulce y normalmente de impotencia. El despliegue de medios del Canal estatal despertó curiosidad y admiración entre la prensa argentina. Dos unidades móviles vía satélite, switch digital, cámaras HD de última generación, una veintena de profesionales perfectamente equipados y uniformados hicieron una cobertura completa y compleja de los cuatro eventos en los que participó Evo Morales en Salta. Los ofrecimientos no tardaron en llegar.

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