Elba Kutny está convencida de que sembró “una semillita en terreno fértil”. Eso dijo la profesora jubilada del colegio Julio Argentino Cornejo, de la localidad de Campo Santo, en la provincia argentina de Salta, después de encontrarse con el presidente Evo Morales, que acudió ayer a la escuela 4.136, donde cursó sus primeros años de estudios, en la década de los 60, mientras su padre, Dionisio Morales, se dedicaba a la zafra.
La docente, emocionada por el rencuentro con el ahora presidente de Bolivia, expresó: “es una satisfacción por el deber cumplido. En este curso hubo muchos jóvenes que se formaron como profesionales, pero Evo fue el que llegó más lejos”.
El mandatario boliviano también devolvió gentilezas: “saludo con mucha admiración y cariño a la primera profesora de mi vida”. También se acordó de sus excompañeros de escuela, en un acto público que se realizó en la comuna de Campo Santo, donde fue declarado huesped ilustre.
“Será inolvidable e inédito volver a la escuela donde empecé el ABC; un abrazo cariñoso para mi profesora y para mis compañeros”, aseguró el mandantario boliviano después de recordar pasajes de su estadía en 1966 en esa población a la que llegó con su padre, Dionisio, y su hermana Esther.
Después de recordar algunos aspectos de su vida, las carencias que padeció, y su trayectoria como dirigente sindical en Chapare, dijo que el secreto para tener un buen gobierno es “convertir a la política en un servicio y no en un negocio”. Esa misma frase repitió por la tarde en el auditorio de la Universidad Nacional de Salta, donde recibió un título de doctor honoris causa, en la que también destacó que los “indios saben gobernar” y que llegaron al poder para permanecer por mucho tiempo /EL DEBER y ABI
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