viernes, 3 de julio de 2015

Evo fue víctima en 2013 de un ataque sincronizado de la OTAN

A su propio estilo, el ahora expresidente de Uruguay, José Mujica, lo dijo de manera clara: “Para ser benévolo: metieron la pata, se equivocaron de medio a medio; creo que se comieron un tornillo”.
Lo dijo el 4 de julio de 2013, dos días después del incidente que protagonizaron los gobiernos de Italia, Portugal, Francia y España al impedir (el 2 de julio) que el avión que transportaba a Evo Morales surcara sus cielos.
Mujica se encontraba en Cochabamba, Bolivia, en la reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que se convocó para mostrar la unidad de los pueblos latinoamericanos contra la agresión imperial, dijo entonces el vicepresidente Álvaro García Linera.
Los mandatarios protestaron y demandaron la presentación de disculpas a los cuatro gobiernos europeos por cerrar su espacio aéreo al avión presidencial de Bolivia ante la sospecha de que el exanalista estadounidense de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) Edward Snowden estaba a bordo.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, recordó ayer estos hechos y los definió como un “acto vil” de países que aparentaban estar avanzados en materia de democracia.
Es más, dijo que “el Presidente fue sometido a un operativo de interdicción aérea de la OTAN, este es el primer operativo simultáneo, coordinado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte contra el presidente Evo Morales la democracia boliviana y contra el Estado Plurinacional de Bolivia”.
El viaje
El presidente Evo Morales partió la noche del viernes 28 de junio de 2013 rumbo a Managua, capital de Nicaragua, donde llegó la madrugada del sábado 29 y participó en la VIII Cumbre de PetroCaribe.
Al día siguiente, el domingo 30, se dirigió a Moscú para asistir a la II Cumbre de Países Productores y Exportadores de Gas, los días 1 y 2 de julio. En la capital rusa se entrevistó con el presidente Vladímir Putin, con quien llegó a importantes acuerdos para fortalecer la política hidrocarburífera.
El martes 2 de julio, el avión presidencial FAB O1, de acuerdo con su plan de vuelo, despegó de Moscú luego de obtener la autorización de Francia de sobrevolar su espacio aéreo y la negativa de Portugal por “problemas técnicos”.
La nave realizaba su recorrido, pero tras una hora de vuelo sobre el espacio francés las autoridades de ese país revocaron la autorización. Después se hicieron las gestiones ante Viena, Austria, que finalmente dio su aprobación y el avión pudo aterrizar de emergencia.
El hecho fue denunciado ese mismo día en La Paz por el canciller David Choquehuanca, quien dijo que las autoridades de Francia y Portugal le negaron a la aeronave Presidencial usar su espacio aéreo por sospechas de que Edward Snowden se encontraba a bordo.
El Primer Mandatario fue acusado infundadamente de que en el avión Presidencial se encontraba el exanalista estadounidense de la CIA, de quien dijo que Bolivia consideraría el punto si pide asilo. Snowden permanecía esos días en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita.
Sin embargo, Estados Unidos extremaba medidas para lograr su extradición porque lo consideraba “un criminal” por divulgar secretos de Estado, al extremo de que la Embajada estadounidense en La Paz presentó una solicitud de extradición, sin que Snowden haya pensado asilarse en Bolivia.
Quintana refiere que los gobiernos de Italia, Portugal, Francia y España, se “pusieron prácticamente de rodillas ante una disposición de carácter militar y estratégico de Washington”.
Reafirmó su certeza de que esta acción irregular fue digitada por el Gobierno de Estados Unidos, al que acusó de poner en riesgo la vida del Presidente porque el combustible del avión estaba por agotarse.
Señaló que, por esos acontecimientos, el 2 de julio será recordado por la historia como “el día más vergonzoso para la OTAN y para el propio imperio estadounidense”.
“Fue el operativo más vergonzoso de toda su historia contra un presidente democrático, pero además de que esto se lo hizo en condiciones inimaginables”, afirmó.
Quintana agradeció la reacción de los pueblos y mandatarios de varias naciones que posibilitaron que el presidente Morales salga ileso de “ese gran atentado internacional”.

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