Desde que el presidente Evo Morales asumió su mandato en enero de 2006 ha regalado una serie de objetos particulares, que van desde charangos, pasando por cuadros hechos con coca, hasta ponchos tarabuqueños.
Entre los presentes que más generaron repercusiones está la réplica del Cristo de Luis Espinal que le obsequió al papa Francisco y el poncho que le entregó al astro de la selección argentina y del Barcelona, Lionel Messi.
Charangos en su primera gestión
En 2006, cuando el presidente Morales viajó a Chile a la toma de juramento de Michelle Bachelet llevó consigo dos regalos: charangos; uno para la mandataria chilena y otro para la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice.
El que le entregó a Bachelet tuvo un significado importante, porque en abril de ese año el antecesor de la mandataria, Ricardo Lagos, le regaló un charango a Bono, vocalista de U2. El objeto generó revuelo en Bolivia porque se sostuvo que ese instrumento era de origen nacional.
El charango que estaba destinado para Rice tenía detalles de hojas de coca en el caparazón de la caja de resonancia, según la prensa de entonces. Morales le entregó el detalle después de una reunión de 20 minutos que ambos sostuvieron.
En esa oportunidad, el mandatario –que asumió la Presidencia en enero de ese año- afirmó que el país estaba dispuesto a fortalecer relaciones con Estados Unidos, pero también expresó que iba a tener vínculos con Cuba. "Esperamos que la autodeterminación de los pueblos sea respetada por el Gobierno estadunidense”, dijo.
De Ronaldinho a Messi
El Jefe de Estado también entregó presentes a astros del fútbol como a Ronaldinho Gaúcho y Messi. Al primero, en enero de 2012, le obsequió una camiseta de la Selección y, además, le confirió la medalla "Forjador del deporte”.
Aquella vez Ronaldinho llegó a Sucre junto al Flamengo, con el fin de aclimatarse para encarar un partido en Potosí, en el marco de la Copa Libertadores. "Levantó en alto el nombre de Sudamérica con su participación en los distintos clubes de Europa”, sostuvo entonces Morales.
El 26 de marzo de 2013, el Jefe de Estado le regaló a Messi un poncho tarabuqueño y una medalla. El acto fue improvisado y se efectuó en el camerino que ocupó la selección argentina, que llegó a La Paz por un partido de eliminatoria.
Una crónica periodística relata que Messi se quitó el poncho siete segundos después de ponérselo. Morales había declarado que el jugador tiene "mucha amistad, mucha solidaridad con Bolivia”. No obstante, el astro sostuvo que "es terrible jugar acá (en La Paz)”.
Del Cristo a la estatua
El 8 de julio el presidente Morales le obsequió al papa Francisco un tallado de un Cristo sobre la hoz y el martillo, que es una réplica de la figura que talló el sacerdote Luis Espinal. El presente generó revuelo internacional.
Francisco, a su retorno al Vaticano tras su gira por Ecuador, Bolivia y Paraguay afirmó: "Cuando lo vi para mí fue una sorpresa. Segundo, se puede calificar como el género del arte de protesta”. Consultado sobre el destino de la obra, respondió: "La traigo conmigo”.
Esta semana, el presidente Morales junto a la mandataria de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, descubrieron la escultura de Juana Azurduy que el Gobierno obsequió a ese país.
El Ejecutivo destinó siete millones de bolivianos para la obra, que es de bronce y mide 16 metros de alto. Al inaugurar el monumento, Morales aseguró: "Ésta es una forma de descolonizarnos”. La figura reemplazó a una estatua de Cristóbal Colón.
Los cuadros y el Libro del mar
Cuando Silvio Rodríguez llegó a Bolivia, el 15 de abril de 2013, se reunió con el presidente Morales, quien entre los obsequios que le dio estuvo un cuadro del Che Guevara hecho con hojas de coca. El trovador expresó: "Siempre estuve de acuerdo con una salida al mar boliviano”.
Algo que el Presidente también entrega a personalidades es el Libro del mar. Obsequió ese documento al escritor Eduardo Galeano y al papa Francisco, entre otros.
"Hay que repensar el objetivo de un regalo”
¿Qué quiere el presidente Morales con un regalo? ¿Quiere imponer su posición? ¿Quiere imponer su ideología? Uno puede hacer prevalecer su ideología utilizando el arte nacional, que es espectacular.
El regalo no debe ser una imposición de una ideología. Considero que por el contrario el presente es una gentileza a la persona a la que se entrega, porque con ese obsequio se lleva un pedazo de su corazón. Ése es el principio de un regalo.
Yo creo que el mundo entero cuando viene a Bolivia espera ver los trajes de Evo, por ejemplo. Son tan lindos, tan bien logrados y de diseño de tan alta costura que la gente admira por la forma de vestir del Presidente. ¿Por qué no regalar ese tipo de chaquetas? E incluso impondría una moda, no solamente para que se ponga él, sino otros presidentes, otros visitantes. ¿Por qué no realmente regala cosas que representen en el cariño que se puede tener por una persona? Esto, no en el desdén que quiere hacerle una persona, imponiendo una ideología. Considero que hay que repensar el objetivo del regalo.
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