domingo, 5 de octubre de 2014

Autor de biografía de Evo: “Ha hecho una gestión económica que ha superado las expectativas"

Desde que lo entrevistó por primera vez en 1995, el periodista argentino Martín Sivak ha tenido un acceso único y permanente a la intimidad de Evo Morales.
Acompañó al mandatario boliviano en viajes por Africa, EEUU, América Latina y cada rincón de Bolivia, también estuvo a su lado en encuentros a solas con Muammar Gaddafi, Bill Clinton o Hugo Chávez, lo mismo que en sus partidos de fútbol y comidas con sus compañeros y amigos. Gracias a esta posición de privilegiado observador, Sivak, quien también cursó Sociología en la Universidad de Buenos Aires y siguió estudios de doctorado en Historia de América Latina en la Universidad de Nueva York, escribió en 2008 “Jefazo: Retrato íntimo de Evo Morales”. Ahora, acaba de lanzar una edición corregida y actualizada de este texto que ha vendido 35 mil ejemplares sólo en América Latina. A una semana de las elecciones presidenciales en Bolivia, el autor de Jefazo conversa con La Tercera sobre la figura del gobernante que busca su re-reelección, su sitial en la historia de su país y sus relaciones con Chile

En la primera edición de Jefazo, en 2008, usted afirmaba que Evo Morales reemplaza “con la prepotencia del trabajo las limitaciones de la administración”. De hecho, en una entrevista habló de un “caos creativo”. Seis años después, ¿cuál es su evaluación de la gestión de Morales? ¿Sigue siendo el líder controlador y desconfiado con sus asesores del que hablaba aquella vez?
Sí, sigue tomando muchas, decisiones por día: las grandes, las del hombre de Estado sin corbata, y las pequeñas, las cotidianas. Cuento en uno de los nuevos capítulos que un oficial de la Casa Militar le pregunta una tarde qué organizaciones pueden entrar a la Plaza Murillo (enfrente del Palacio Quemado). Un tema irrelevante que debería ser resuelto por un funcionario de menor calificación, pero el presidente está en esas supuestas minucias. El caso creativo continúa, pero Morales ha hecho una gestión económica que ha superado todas las expectativas, incluidas las de sus más férreos defensores. Este año el FMI y el Banco Mundial, dos de los blancos dilectos de Morales en los últimos 25 años, han elogiado la gestión económica. Este año Bolivia crecerá al 6,5 por ciento y será una de las mejores performances de la gestión.
En 2005, Morales obtuvo casi el 54 por ciento de los votos, logrando la primera victoria por mayoría absoluta en 40 años en Bolivia. Ahora, afirma que “la meta para mí es ganar con el 74 por ciento ”. Diversos sondeos le dan entre 41 por ciento y 59 por ciento de intención de voto, suficiente ventaja como para evitar la segunda vuelta. ¿Cómo se explica que después de más de ocho años en el poder siga siendo tan popular? ¿La coyuntura económica es clave?
Una combinación de factores: supremacía política y dispersión opositora; cumplimiento de su agenda de gobierno: nueva Constitución, que amplió derechos e hizo de Bolivia un pluriestado más inclusivo y nacionalizaciones que ayudaron a mejorar las condiciones generales de la población, porque los programas sociales han funcionado bien. Bolivia experimenta el período de mayor estabilidad política desde el regreso de la democracia en 1982 y de mayor bonanza económica de la historia del país. La economía ha sido clave. Los detractores del presidente suelen decir que el boom económico se explica solamente por los precios de los commodities. Muchos países han tenido condiciones externas desfavorables y las han desperdiciado. No parece ser el caso de Morales

A diferencia de las elecciones de 2009, cuando la oposición lo derrotó en los departamentos orientales de la llamada Media Luna, hoy Morales apuesta a la reelección con triunfos en prácticamente todo el país, incluida Santa Cruz, que fue el corazón de la oposición regional. ¿Qué factores explican este giro en el oriente boliviano? ¿Evo ha desarticulado a la oposición en esa zona?
En 2008, la gran prensa internacional describía al país en tránsito a una guerra civil y su desintegración por el conflicto entre el Presidente Morales y las elites del oriental departamento de Santa Cruz que reclamaban autonomía para tener mayor control sobre los recursos naturales. La Política y el Occidente boliviano chocaban contra la economía y el Oriente Boliviano. Morales derrotó políticamente a la derecha cruceña. Se reapropió del concepto de autonomía y lo incluyó en la Constitución, realizó importantes obras públicas y de infraestructura, cooptó opositores, y con la fuerza territorial de las organizaciones sociales ganó presencia en el Oriente. Si en 2008 el presidente no podía aterrizar en los aeropuertos del Oriente, en octubre de este año cuenta con chances de ganar por primera vez en Santa Cruz. A buena parte del empresariado cruceño le ha ido muy bien en estos años.
Algunos analistas sostienen que lo que está realmente en disputa en estos comicios es la mayoría de dos tercios en el Legislativo, que permitiría al MAS consolidarse como una organización política hegemónica y llevar adelante reformas claves de la Constitución, como la elección indefinida del presidente. Sin embargo, Morales ha prometido que va a “respetar la Constitución” retirándose en 2020 del palacio de gobierno. A su juicio, ¿cuál es su apuesta real?
No creo que exista una apuesta real u oculta. Creo que hay varias opciones y decidirá a partir de la dinámica política -y económica- del país. El principal drama de Morales no se encuentra en la oposición, sino en las entrañas de su proyecto político: la imposibilidad -o la decisión- de no haber optado por una sucesión que no lo incluyera. Para las presidenciales de 2014 existían excelentes condiciones para ello. De acá a 2020 todavía existe la posibilidad de iniciar el proceso de despersonalización y fortalecimiento de su organización política

En una reciente entrevista con el diario cruceño El Deber, Morales dijo que le quita el sueño la falta de sucesores en su partido. ¿El evismo se acaba con su salida del poder?
Es muy prematuro para pensar qué sucederá con el evismo. Su supremacía política es asombrosa. Desde la recuperación de la democracia, los presidentes no solían sacar más del 30 por ciento de los votos (solo Sánchez de Lozada superó ese número en 1993) y Morales consiguió el doble y lleva una ventaja notable con los opositores. Pero eso, desde luego, no es garantía de un evismo para siempre. La política boliviana es muy cambiante.
Con todo, analistas como Carlos Cordero afirman que “si Morales gana, se convertirá en el gobernante más exitoso de la historia política del país y más importante del siglo XXI”. ¿Cómo piensa que lo juzgará la historia? ¿Cree que de alguna forma se ha convertido en el heredero de Hugo Chávez en la región?
A diferencia de Chávez, Morales no pretende desarrollar un liderazgo regional ni cuenta con los recursos para llevarlo adelante. Es curioso como al comienzo de su gestión la caricatura sobre Evo Morales consistía en presentar a un caudillo conectado emocionalmente con las mayorías pobres e indígenas y decisivamente financiado e influido por Chávez. La agenda de Morales es anterior al proceso de radicalización de Chávez después del intento de golpe de abril de 2002. Creo que hay evidencia suficiente que muestra la autonomía de Morales y ciertas diferencias, en la práctica, con Cuba y Venezuela

En su libro afirmaba que “Evo se encarga casi en soledad de uno de los temas más importantes de la política exterior: la relación con Chile”. Hoy, con una demanda de Bolivia de por medio en La Haya ¿cree que la histórica demanda marítima boliviana será uno de los principales ejes de su gestión?
Es un tema prioritario y transcendental para Morales como lo es para todos los presidentes bolivianos. Mi impresión es que habrá novedades en este frente.

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