Evo y “Viva Yo”

No es fácil de calcular, pero al menos diez o quince mil personas esperaban al actor principal esta tarde en el parque Temático. No es fácil de calcular pero en definitiva, había más gente de la que se ha visto en todo el resto de actos de campaña juntos, sea de Unidad Demócrata, del Partido Demócrata Cristiano, de Verdes o del Movimiento Sin Miedo.

El Movimiento Al Socialismo en Tarija da sensación de solvencia en un supuesto escenario hostil en el que el paso de los tiempos y la musculatura ha acabado por doblegar a muchos de los críticos. Doblegar y sumar. Esta tarde en el parque Temático muchas caras nuevas se paseaban como perdidas, como no creyendo estar donde estaban ataviados con poleras nuevas de color masista.

En el centro de la platea, el tiempo pasa despacio y sin prestar mucha atención a los teloneros, por muy polémicos que hayan sido en esta elección y por muchas críticas que hayan despertado entre las bases. Los discursos de Milcíades Peñaloza (primer senador) o Ignacio Soruco (uninominal por la C-40) pasan sin pena ni gloria, incluso las monerías de Francisco Navajas en lo alto del podio enarbolando con la derecha una bandera del MAS y con la izquierda la única bandera rojiblanca tarijeña que ondeó en el cielo son vistas como anécdota.

Cuando el actor principal entra en escena nadie tiene duda de quién es, no necesita presentación. El presidente y candidato Evo Morales tomó el micrófono luego de marcarse una cueca con solvencia inusitada. Evo, el político total, se seca el sudor con el mismo pañuelo y agarra el micrófono. Voz rota para gritar vivas a Tarija, a Bolivia y al proceso de cambio y como cherry sobre la torta un “Viva yo” que acaba por arrancar las carcajadas de un público ya entregado.

El discurso es lo de menos, porque no es qué dice, sino cómo lo dice. Hasta el ministro de Hidrocarburos Juan José Sosa le hacía gestos desde el costado cuando Evo tomó carrerilla sumando megawatios que producirá Tarija con la presa del Carrizal, la termoeléctrica y hasta el proyecto de los molinos de Roberto Ruíz.

Evo habla de agua y pide proyectos a la Gobernación o a los campesinos, hasta a la familia Kholberg. “Sean 40, sean 50, sean 100 millones de dólares, yo voy a dar”, dice, y es que el MAS no ha centrado tanto su campaña en el futuro sino en el pasado.

Para acabar, un mensaje claro y meridiano a todas sus bases. “No voto cruzado, no va a haber chicotazos, pero voto en línea compañeros”. Más claro agua. Y es que por muchas veces que se repita, lo que no cuaja no cuaja y los mensajes a veces no duran una semana.

Mensaje corto y vuelta al ajo, esta vez abrazado del solista de Ráfaga que se entrega a la causa bolivariana con varios vítores arrancando gritos de júbilo entre la muchachada, que por cierto acudió en masa a ver el concierto del grupo argentino.

Queda una semana para las elecciones y todas las encuestas indican que Tarija será un fortín difícil pero no imposible para el Movimiento Al Socialismo, mucho más cómodo en el resto de departamentos. La presencia de Evo aplaca todas las tensiones entre los sectores. Evo reúne. Queda una semana en la que, sobre todo, el oficialismo intentará no volver a remover las heridas.