lunes, 2 de marzo de 2015

Generación Evo ya no es una organización es una identidad

La senadora suplente por Santa Cruz, del Movimiento Al Socialismo (MAS) y presidenta de la brigada parlamentaria de ese departamento, conversó con Cambio sobre la incursión de los jóvenes en la política. Ella es una de las legisladoras más jóvenes, con sus 25 años y en esta entrevista hace conocer su percepción sobre la nueva forma de hacer política desde la visión juvenil.

¿De dónde nace este interés por incursionar en la política?
Nada aparece espontáneamente, esto es reflejo de todo un momento que había en el interior de las juventudes, y una juventud que durante todo este tiempo vino preparándose para discutir temas de Estado. Para nosotros la Cumbre Juvenil del G77 significó la oportunidad de abrirnos a estos espacios en no reducir los espacios de debates de la juventud a temas de educación, violencia, inseguridad o salud sexual y reproductiva, sino empezar a hablar del Estado, de la economía, de seguridad alimentaria, de relaciones políticas solidarias entre los países, temas que hacen a la agenda del Estado.

¿Cómo se organizaron?
Hay por un lado la militancia orgánica impulsada desde el Movimiento Al Socialismo, las organizaciones sociales que empiezan a pronunciarse, fundamentalmente en el área urbana. Esto va acompañando las lógicas que se reproducen en provincias, hay juventud movilizada en provincia que proviene de organizaciones matrices, pero también es un llamado del mismo proceso de cambio, es decir, hay la necesidad de que jóvenes con una memoria histórica puedan dar continuidad y garantizar la permanencia del proceso de cambio y del proceso revolucionario en sí.

¿Entonces, se puede hablar de jóvenes comprometidos con el proceso de cambio?
Jóvenes con memoria histórica y comprometidos fundamentalmente, además con una voluntad de cambio y de generar las dialécticas necesarias para el cambio, porque podíamos habernos conformado con el cambio de la Constitución Política del Estado, las leyes fundamentales pero si nos dedicamos a generar una institucionalidad que haga que todo esto quede establecido, que no sea posible continuar las modificaciones, continuar las transformaciones entonces estaríamos siendo absorbidos por lógicas conservadoras.

El joven tiene la capacidad de avanzar un poco más allá, tiene la capacidad de darse inmediatamente cuenta de qué es lo que está aconteciendo, lectura la realidad y proponer una idea nueva y fresca, acorde al movimiento político actual.

¿Estos jóvenes comprometidos se constituyen en la llamada Generación Evo?
Esta juventud, esos jóvenes revolucionarios son la Generación Evo, que es una generación que rompe con el neoliberalismo que sigue vinculada a las demandas que los jóvenes de los períodos de los 70 y 80, que también impulsaron sus movilizaciones a partir del fortalecimiento de la democracia, de la participación, el construir una sociedad justa, una sociedad donde ricos y pobres no necesariamente existan como una condición estructural del sistema sino que luchen porque en realidad exista justicia social, exista igualdad de oportunidad.

Habló del G77, ¿Qué pasó en ese encuentro para que se dé este impulso a los jóvenes?
Permitió encontrarnos con jóvenes que estaban discutiendo las mismas cosas. Que nos cansamos de encerrarnos en esta discusión que nos hacían, de temas de educación, salud sexual y empezamos a discutir agendas de Estado que involucre la participación de la juventud y que evidencie una juventud despierta, creo que esta denominación de Generación Evo en sí trasciende los límites nacionales, porque es una generación que rompe con el neoliberalismo y que rompe con esas lógicas que fueron impulsadas a nivel latinoamericano.

¿Entonces, Generación Evo se constituye en algo más grande que una organización?
Es gente que se identifica, más allá de Generación Evo como una organización, yo lo abro a la posibilidad de un elemento de identificación o de identidad, no necesariamente organizativa sino a partir de la posibilidad que uno se identifica con el cambio, con el constante proceso de cuestionamiento de las estructuras establecidas.

¿Esta generación es muy cuestionadora, verdad?
Creo que el joven permanentemente tiene la posibilidad de cuestionar todo, porque nada lo ata. Cuando uno envejece, pues tiene propiedades deberes familiares, incluso asimila ciertas manías sociales, formas y modos para ser aceptado socialmente; en cambio, el joven todavía está libre de eso, el joven todavía no tiene arraigado en sí mismo la lucha por la propiedad privada, el joven no tiene arraigado otra responsabilidad que no sea la de construir su historia.

¿Con estas características, los jóvenes de esta generación apuntalan el proceso de cambio?
A mi no me sirve que un joven de un partido de oposición defienda los intereses de las clases dominantes o un joven que defienda los intereses empresariales en desmedro de campesinos, indígenas y trabajadores, ser joven no es un condicionante para tener una visión revolucionaria, sin dejar de lado el contacto permanente con las necesidad de los más desfavorecidos de esta sociedad, pero se tiene que estar del lado del pueblo, del lado de las organizaciones sociales, yo creo que es imprescindible y no puede ser de otra forma, el joven tiene que permanentemente cuestionar, discutir para construir.

¿Los jóvenes serán los constructores de la Agenda del Bicentenario 2025?
No sólo generacionalmente nos corresponde, sino que tiene que ser un compromiso actual, la Agenda del 2025 incluso fue trabajada en encuentros como el YO2025 que en 2012 se hizo en el país, lo hicimos también en Santa Cruz, y básicamente fue un escenario de construcción de qué es lo que nosotros aspiramos como jóvenes hacia el 2025.

Hay esta lógica que la modernidad es el camino por el cual todos vamos a transitar y nos encontramos con jóvenes indígenas y campesinos que nos cuestionan si es la modernidad lo que realmente queremos alcanzar o si vamos a entrar a un proceso creativo de construcción de qué es lo que soñamos y dónde queremos llegar. Para mí, el horizonte continúa siendo el socialismo.

¿Por qué?
Porque todavía no terminamos de concluir tareas históricas, deudas históricas que tenemos con la humanidad y un ejemplo claro es lo que ocurrió en 1813 a 1816 en Santa Cruz, el coronel Ignacio Warnes se constituye como prefecto de Santa Cruz, el proviene del segundo ejército auxiliar argentino que apoyó los proceso libertarios en el oriente boliviano y en 1813 él ordena y dispone la confiscación de la tierra de los grandes terratenientes y su dotación a los campesinos, esas tareas están aún pendientes a pesar de que realizamos varios procesos, ordenó, por ejemplo, la anulación de las deudas de los mozos con sus patrones, promovió la educación gratuita para indígenas, campesinos y el ejército, pero además tuvo la posibilidad de diseñar un modelo de sociedad, donde independiente de la tarea que realizaban, la asignación salarial era de acuerdo a la necesidad, creo que esa es una de las tareas pendientes, el dignificar cosas que hacen a las necesidades básicas del ser humanos y concluirlas, eso es la Agenda 2025.

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