El presidente Evo Morales aseguró ayer, en una declaración en La Habana, que Bolivia continuará su proceso contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya, pero manifestó su esperanza de que los gobiernos de ambos países sean capaces de resolver el enclaustramiento marítimo. Bolivia y Chile no pueden, por este problema, estar “eternamente (...) enfrentados, con desconfianza, sin embajadores”, aseguró el Mandatario.
En una rueda de prensa previa a la inauguración de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se realiza en La Habana, Cuba, Morales destacó el fallo emitido el lunes por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre los límites marítimos entre Perú y Chile.
Dijo que Bolivia esperaba que la CIJ resuelva su reclamo de una salida soberana al Pacífico con “la misma equidad y sabiduría” que falló en el litigo entre Perú y Chile, tras destacar que tiene la “certeza de que el derecho, la justicia y la razón” acompaña a Bolivia.
En su resolución, la CIJ no cambia la frontera actual hasta las 80 millas, pero a partir de esa distancia y hasta las 200 millas beneficia a Perú al asignarle esa zona marítima.
“Perú, con justa razón, ha acudido a resolver su problema pendiente con Chile, así como Bolivia demanda a la justicia resolver el ejercicio a su derecho a acceder al mar”, afirmó Morales, al precisar que con Chile hay muchos otros temas pendientes, al margen de la salida al mar.
Bolivia temía que una sentencia distinta complicara su pretensión de tener un acceso soberano al mar por la Línea de la Concordia, nombre dado a la frontera entre Perú y Chile.
“El fallo no afecta ni limita ninguna de las posibilidades que a lo largo de la historia se ha considerado” para que Bolivia recupere su salida al mar, señaló Morales, quien celebró que los problemas se resuelvan de manera pacífica.
El Mandatario indicó que “la controversia es sustancialmente diferente” a la demanda que Bolivia presentó ante el mismo tribunal para “resolver el problema de su enclaustramiento”.
Dijo que Bolivia continuará su proceso contra Chile con “la mayor seriedad y responsabilidad jurídica”, pero admitió que como “países vecinos” no pueden por este problema estar “eternamente (...) enfrentados, con desconfianza, sin embajadores”.
Expresó su esperanza en que el viejo diferendo con Chile pueda ser resuelto “internamente” con el nuevo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, que asumirá en marzo.
“No pierdo la esperanza que antes de llegar a los tribunales (...) seamos capaces de resolver, como presidentes, como gobiernos una herida que hay”, dijo Morales, tras subrayar que Bolivia está abierto a “cualquier diálogo bilateral al margen de la demanda”.
Bolivia presentó la demanda judicial en abril del año pasado en busca de un fallo que obligue a Chile a negociar en firme la petición boliviana de una reintegración de la salida al mar perdida en la Guerra del Pacífico.
En 2006, Morales y Bachelet, entonces presidenta de Chile, establecieron una agenda de diálogo de 13 puntos que incluyó el reclamo marítimo, pero se diluyó con la llegada al poder de Sebastián Piñera.
Convocan a Consejo Marítimo
La Habana | Abi
El presidente Evo Morales convocó ayer desde La Habana a los miembros del Consejo de Reivindicación Marítima, al Agente de Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Eduardo Rodríguez Veltzé y a los excancilleres del país a una reunión, para analizar el fallo dictado por la CIJ, el pasado lunes, sobre el diferendo marítimo entre Perú y Chile, y evaluar sus implicaciones en el reclamo de Bolivia.
La reunión, “desayuno trabajo”, esta fijada para este lunes 3 de febrero a las 7:00 en Palacio Quemado, La Paz.
“Para, de manera conjunta, como siempre, con mucha amplitud, recoger sus opiniones y seguir avanzando” en la política exterior boliviana, centrada en el histórico reclamo boliviano de una salida soberana al mar Pacífico, afirmó el Mandatario en declaraciones a la ABI.
El Consejo de Reivindicación Marítima está presidido por el presidente Evo Morales e integrado por el vicepresidente Álvaro García Linera y los ministros de Relaciones Exteriores, de la Presidencia, de Defensa, de Gobierno y de Transparencia Institucional y Lucha contra la Corrupción.
Morales sostuvo en abril del pasado año una reunión con expresidentes y excancilleres para abordar, precisamente la demanda interpuesta por Bolivia contra Chile ante la CIJ. En abril de este año, Bolivia deberá presentar la memoria de su reclamo.
El presidente de la Cámara de Senadores, Eugenio Rojas, anunció ayer la formación de un grupo de apoyo al equipo del Gobierno que tramita ante la CIJ la demanda contra Chile.
“Se ha decidido que se conforme una comisión de ambas cámaras que estén en constante acompañamiento, vigilancia y coordinación con las comisiones” que llevan adelante el litigio, dijo.
Gobierno chileno descarta toda relación
“Esto (el fallo de la CIJ) no tiene, jurídicamente, ninguna relación con el litigio que ha planteado Bolivia”, aseveró ayer el canciller de Chile Alfredo Moreno, en respuesta a algunas interpretaciones sobre el efecto favorable del fallo sobre el litigio de Chile con Perú para la pretensión de Bolivia de una salida al Pacífico. Contrariamente, el exministro de Defensa chileno Mario Fernández pidió tener cuidado con la demanda de Bolivia contra su país ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por el tema marítimo.
“Hay que tener cuidado con Bolivia, porque al tratarse de una demanda tan heterodoxa, pueden los jueces tomar muy en serio esa demanda y resolver de manera inesperada para nosotros”, dijo el exministro del Gobierno de Ricardo Lagos, en entrevista con Radio Bío Bío de Chile.
Según Fernández los jueces de La Haya se pusieron “creativos”. “Se trata de jueces que provienen de otra cultura jurídica, distinta a la nuestra, que tienen otra manera de razonar”, dijo.
El futuro canciller de Chile, que acompañará a Michelle Bachelet, Heraldo Muñoz, indico que el diferendo marítimo no se puede comparar con el conflicto limítrofe entre Chile y Perú.
“Son situaciones muy distintas (...) lo que Bolivia está pidiendo es la necesidad de negociar, no hay límites en disputa, son 2 situaciones incomparables”, dijo, según el periódico La Nación de Chile.
En este sentido, la analista internacional de la Universidad de Chile, Paz Milet, aseguró que son realidades muy distintas. “Lo que en la práctica está pidiendo Bolivia es que la Corte obligue a Chile a negociar una salida al océano Pacífico”, manifestó en Bío Bío.
ANÁLISIS
Marcelo Kohen, Miembro del Instituto de Derecho Internacional
Tiene implicancias positivas para Bolivia
El fallo de la Corte Internacional de Justicia del 27 de enero de 2014 en la controversia Perú-Chile es más favorable al primero, ya que pasa a controlar espacios marítimos que hasta hoy estaban bajo el control de Chile. Hay un aspecto transaccional en el fallo, en el sentido que le reconoce a Chile su posición de la existencia de una delimitación marítima a través del paralelo del Hito 1 de la frontera hasta la milla 80, pero luego adopta la posición peruana de una línea de equidistancia, lo que le da a Perú la mayor parte de la zona en disputa.
El fallo tiene implicancias positivas para la demanda boliviana contra Chile ante la misma Corte. La manera en que el fallo interpreta la existencia de una delimitación marítima a partir de los acuerdos tripartitos y otros intercambios diplomáticos puede ser útil para demostrar que Chile reconoció la existencia de su obligación de negociar con Bolivia una salida soberana al Pacífico sin concesiones territoriales. Por su parte, el examen somero hecho en el fallo Perú-Chile de las negociaciones de Charaña, sobre la base de la documentación presentada por Chile, lo fue para establecer la existencia o no de una delimitación marítima en la zona y en nada afecta el fondo del asunto Bolivia-Chile.
Chile se negó a negociar con Perú la delimitación marítima invocando que nada había que negociar pues todo estaba fijado por tratados internacionales. El Presidente saliente de Chile adoptó la misma actitud con respecto a Bolivia. Es de esperar que tras esta experiencia, el nuevo Gobierno chileno acepte negociar con Bolivia sin necesidad de que la Corte se lo diga. Ambos Estados ahorrarían energía, tiempo y dinero, y negociarían en un clima más propenso a una relación amistosa y a una solución satisfactoria de todos los intereses en juego.
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