Evo Morales hizo un llamado a industrializar la minería para garantizar el crecimiento económico

El Presidente de Bolivia, Evo Morales, inauguró un moderno horno en la Empresa Metalúrgica Vinto, en el departamento de Oruro, y llamó a aprovechar los próximos cinco años, correspondientes a su actual mandato, "para industrializar la minería y diversificar y ampliar el aparato productivo, para que Bolivia siga creciendo".

"Quisiéramos cada dos o tres años entregar una industria para la minería en Oruro o Potosí, porque son departamentos mineros", insistió el mandatario, quien se mostró crítico por las demoras en la terminación del referido horno y en la variación de los precios, según el proyecto inicial.

"Primero nos dijeron que iba a costar $us. 18 millones, y al final costó USD 39 millones. Y después de casi siete años por fin lo terminamos", reiteró.

Al mismo tiempo, se quejó por la falta de técnicos en el país para el sector minero. "No tenemos expertos, por ejemplo, para litio y dicen que Evo paga poca plata. Yo estaría feliz con 5.000 bolivianos (700 dólares) al mes", dijo.

Morales insistió en darle valor agregado a los minerales bolivianos, tanto a los metálicos como a los no metálicos, entre ellos el litio.

Con la puesta en marcha del referido horno en la estatal Empresa Metalúrgica Vinto, Bolivia pasará del noveno al quinto puesto mundial entre las productoras de estaño, al fundir 18 mil toneladas al año.

Según el Ministerio de Minería y Metalurgia, el horno forma parte de los planes para modernizar la compañía, nacionalizada en 2007.

Tuvo una inversión superior a los $us. 39 millones y ayudará a la planta a reducir el impacto ambiental y mejorar sus índices de eficiencia.

La nueva producción de Vinto se destinará a países como Estados Unidos, China, Japón, Surcorea, México, Chile, Brasil y Alemania.

Incluso una firma de esa última nación está interesada en sellar un contrato de cinco a 10 años para comprar los lingotes de la planta, que tendrán un 99,96 por ciento de pureza. Las 12.000 toneladas métricas producidas hasta el momento se destinaban a las industrias electrónica y cibernéticas.