miércoles, 4 de febrero de 2015

Evo ve apoyo en Chile a favor de la causa marítima, pese a Muñoz



El presidente Evo Morales recordó ayer que en Chile existen respaldos “del pueblo” en favor de la causa marítima boliviana, incluso a pesar del veto en contra del expresidente Carlos Mesa, exteriorizado por el canciller del vecino país, Heraldo Muñoz.

Durante la entrega de un coliseo en la ciudad amazónica de Riberalta, el Mandatario valoró así al diálogo como un instrumento aliado de las razones y destacó la “pequeña reunión” que sostuvo con su colega chilena Michelle Bachelet. Morales no brindó detalles de esa cita, pero criticó las reacciones que surgieron en Santiago tras ese encuentro, efectuado la pasada semana en Costa Rica en el marco de la tercera cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

“Empezamos una pequeña reunión con la Presidenta de Chile y otros, sus colaboradores, dicen (que) no quieren el diálogo (…) y quien rechaza el diálogo quiere decir que no tiene razón, no tiene argumentos (y) sabe que en el diálogo va a perder. (Eso es) peor todavía, cuando dice: ‘Carlos Mesa no va a tener contacto con ningún sector del Gobierno’. Eso dirá una autoridad, pero no el pueblo chileno. Más bien, algún alcalde de Chile está pidiendo que se resuelva el tema del mar”, afirmó Morales.

Veto. El canciller chileno Muñoz aseguró el lunes que si el expresidente boliviano Carlos Mesa, portavoz internacional de la demanda marítima, visita su país no será recibido por él ni por “ninguna autoridad” de su gobierno. En La Paz, el presidente de la Cámara de Senadores, José Alberto Gonzales, aclaró ayer que “no ha habido en ningún momento ninguna decisión oficial de parte del Gobierno, de parte de la Cancillería para que el expresidente Carlos Mesa vaya a Chile”.

Con todo, y tras las declaraciones que hizo en la sede de su cancillería, Muñoz viajó ayer a Francia para preparar la defensa de su país frente a la demanda que presentó Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Santiago impugnó la competencia de este tribunal y paralizó el proceso de fondo que plantea una negociación formal y “de buena fe” para que Bolivia acceda con soberanía a las costas del océano Pacífico.

La posición de Muñoz no fue respaldada por toda la comunidad política de su país. Ayer, el líder del Movimiento Amplio Social (MAS), el senador Alejandro Navarro, criticó que el jefe de la diplomacia de su país haya cerrado las puertas al diálogo con Bolivia y advirtió que esta actitud tendrá un “costo caro” para su país. Navarro es aliado de la Nueva Mayoría, la coalición política de centroizquierda que en la actualidad gobierna en Chile.

El MAS chileno y otras organizaciones políticas, como el Movimiento Progresista (PRO) de Marco Enríquez-Ominami —que, sin embargo, no está en el conglomerado del gobierno de Bachelet— apoyaron el proceso de diálogo que Bolivia y Chile desarrollaron hasta 2010, incluido el debate sobre el tema marítimo, pero con distancias respecto al proceso legal que promueve Bolivia en la CIJ.

Partidos. En el grupo de partidos del oficialismo chileno también figura el colectivo de izquierda, que el 19 de agosto de 2014, pidió a Bachelet, mediante una carta, “un diálogo fructífero con el Gobierno boliviano para encontrar una solución digna al enclaustramiento (...) una salida soberana al mar”. La misiva fue firmada por representantes de unas 50 organizaciones sociales, políticas y sindicales, entre las que destaca la Unión Bicentenaria de los Pueblos y la Casa Bolívar.

La postura de este grupo favorable a Bolivia así como la carta a la Presidenta chilena volvieron a cobrar notoriedad, cuando el rotativo El Mercurio de Santiago anunció que Mesa preparaba “un viaje a Chile en busca de apoyo”, precisamente al amparo de este colectivo. Fue entonces que el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Chile, Jorge Tarud, acusó a Mesa de una “provocación” y aseveró que su país está unido.

Cita por libre tránsito, en Aladi, se postergó

Paulo Cuiza

La audiencia para tratar el reclamo de Bolivia a Chile por el incumplimiento del Acuerdo de Transporte Internacional y Terrestre (ATIT) fue aplazada hasta mediados de este mes, según un acuerdo entre las partes. La cita debió cumplirse la segunda quincena de enero a instancias de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi).

“La reunión se confirmó para mediados de febrero. No logramos acordar una fecha en la segunda quincena de enero como estábamos inicialmente pensando por problemas de agenda de las dos delegaciones y por el descanso colectivo de Aladi”, informó ayer a La Razón el embajador de Bolivia en Uruguay, Benjamín Blanco.

El organismo internacional, con sede en Montevideo, recomendó en diciembre el inicio de un diálogo bilateral para resolver la controversia y dio un plazo de hasta cuatro meses para encontrar soluciones. El Gobierno chileno, por su lado, divulgó a fines del pasado mes, un documento en el que se asegura que el régimen de libre tránsito en favor de Bolivia no es irrestricto ni ilimitado. Este sistema está incluido en el Tratado de 1904.

Veto a Mesa le puede ‘costar caro’ a Chile

Carlos Corz

El senador chileno Alejandro Navarro, del izquierdista y oficialista Movimiento Amplio Social (MAS), consideró ayer un “error político” que le puede “costar caro” a su país la decisión del canciller Heraldo Muñoz de cerrar cualquier posibilidad de una reunión entre autoridades de su gobierno con el vocero de la demanda marítima boliviana, el expresidente Carlos Mesa.

“Es un error (decir) que no se va a dialogar, de que no va a ser escuchado; Chile debe mantener siempre una actitud abierta al diálogo. El diálogo siempre es la alternativa a la guerra, el diálogo es parte central de la democracia, y hay que conversar con los países amigos”, sostuvo ayer el legislador durante una entrevista con televisora CNN Chile.

El MAS de Chile es parte de la Nueva Mayoría, el conglomerado de partidos políticos que respalda el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet. Mesa descartó que haya hablado de visitar Chile en respuesta a reacciones desatadas por una publicación de El Mercurio que anunció ese viaje.

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